La Formación Profesional alcanza al Bachillerato en número de alumnos

(noticia publicada en el periódico EL HOY)

Alumnos de FP en el instituto San José de Badajoz. :: pakopí;
Alumnos de FP en el instituto San José de Badajoz. :: pakopí

  • En los institutos de la provincia hay ya más de 10.000 estudiantes en algún ciclo formativo y pronto superarán al Bachillerato




Para entender el éxito de los grados formativos basta con detenerse en dos datos históricos: el curso pasado -el último con datos oficiales del Ministerio de Educación- había en los institutos de la provincia 10.493 alumnos matriculados en esta enseñanza, cinco años antes, superaban a duras penas los siete mil quinientos.
Casi un treinta por ciento en cinco cursos y sin muestras de frenarse. A esta alturas, hay ya casi tantos alumnos de bachillerato -11.613- como de Formación Profesional y la tendencia es que en los próximos años acaben siendo mayoría, como ocurre en varias provincias españolas.


Para Juan Fernández, director del Instituto San José de Badajoz, es cuestión de tiempo que en la provincia ocurra lo mismo. Lleva más de cuarenta años enseñando en Formación Profesional y el instituto que dirige en la avenida Padre Tacoronte es una referencia regional. Mil alumnos estudian alguno de los 15 ciclos formativos de siete familias.
Entre las mucha razones que pueden explicar el éxito de la Formación Profesional, la principal, reside en que se trata de un itinerario educativo que -a diferencia de la Universidad- tiene una gran capacidad de penetración en el mercado laboral. Antes de la crisis, cuenta el director del San José, era imposible cubrir todas las demandas de empleo que llegaban al centro. Los chicos, recuerda, podían elegir entre quedarse a trabajar en Badajoz o irse a otras ciudades. Con la crisis se rompió la tendencia, pero en el último ejercicio han vuelto a recibir ofertas.
La Formación Profesional empezó a despegar con los ciclos formativos que se pusieron en marcha a mediado de los ochenta.
Tanto los que estudian el grado medio como el grado superior tienen que cumplir los tres últimos meses del segundo curso en la empresa privada. Fue la primera apuesta por el modelo mixto entre enseñanza y práctica empresarial. Gracias a estas prácticas, los estudiantes conocen el trabajo que van a desempeñar y los empresarios tienen también una idea de candidatos para futuras contrataciones. «El sistema productivo tira del sistema educativo, ése es el éxito», cuenta el director, que conoce como poco la evolución de este formato.
Recuerda que en los años setenta, cuando empezó su carrera docente, había pocos profesores dispuestos a enseñar en FP. «Prácticamente se les pedía por favor a la gente para que viniera». Los planes de estudios se han modernizado y gozan de mucho prestigio tanto en el mundo académico como en el empresarial. Y en parte de este prestigio descansa también la popularización.
«Cualquiera de los que salen de los ciclos de la rama de industrial van después a las carreras de ingeniería y tienen algunas asignaturas convalidadas, lo que demuestra el nivel de la Formación Profesional hoy».
El sistema educativo también ha jugado a favor de los ciclos formativos. Antes, por ejemplo, un alumno procedente de la FP sólo podía acceder a las carreras de su rama. Ahora, puede presentarse a la Selectividad y cambiar de campo.
Con esta flexibilidad, hay quien toma los ciclos formativos como el camino en el que se puede salir antes al mundo laboral o seguir a la universidad. Hay estudiantes procedentes del bachillerato que si no tienen la nota suficiente para ingresar en la carrera que quieren, en vez de elegir otra, directamente van a un ciclo formativo de grado superior de la misma rama. En muchos casos, por lo tanto, es una alternativa a la carrera.
El itinerario de bachillerato, Grado Superior y carrera tiene cada vez más seguidores, pero en la precrisis, muchos de esos jóvenes encontraba trabajo a mitad de camino. El Grado Superior de algunas familias tenía un alto porcentaje de colocación y muchos posponían la matriculación en la universidad.
Cambia el perfil
La eclosión de la Formación Profesional también está cambiando el perfil de los alumnos. Cada vez resulta más difícil encontrar plaza en los ciclos. La rama sanitaria, industrial y deportiva suelen ser los más solicitados. En Automoción, por ejemplo, se presentan sesenta solicitudes para grupos de veinte en los centros que lo imparten.
La selección se hace por nota y muchos recurren finalmente a los centros privados que ofertan algunos títulos. En Badajoz cada vez hay más centros de este tipo que han nacido por el tirón de los módulos en la enseñanza pública.
Otra particularidad de los nuevos tiempos es que la FP se ha convertido en una segunda oportunidad para universitarios.
Ya no extraña toparse en las aulas con jóvenes con carrera que ven en los ciclos la mejor manera de ingresar en el mercado laboral o con trabajadores que para progresar en su trabajo quieren estudiar un ciclo formativo de grado superior. Para este perfil de estudiantes se oferta la modalidad a distancia o semipresencial.
La Formación Profesional no saca trabajadores para que el primer día estén al cien por cien en la empresa, pero la cualificación hace que muchos empresarios se decanten incluso por ellos antes que por los titulados universitarios. En el San José ponen como ejemplos los acuerdos con empresas. En Automoción, por ejemplo, la marca Toyota montó un aula de formación para que los jóvenes trabajaran con sus motores. El principal inconveniente es que se trata de una educación cara que necesita modernizarse y comprar equipos para mantener la cualificación de los alumnos acorde al mundo laboral.

  (noticia publicada en el periódico EL HOY)